Colección salón AURA
¿Te imaginas tener ese lugar al que siempre te apetece volver? Un rincón que parece susurrarte: “ven, ponte cómodo, abre ese libro y desconecta del ruido de ahí fuera”. Pues vamos a construirlo contigo, paso a paso. Como apasionados del mobiliario, y sí, pensando en piezas como las de Moblerone, te contamos qué no puede faltar para que tu casa tenga por fin ese refugio de calma que tanto necesitas.
Todo empieza aquí. Si hay algo que define una zona de lectura perfecta, es ese sillón o butaca que te abraza, donde el tiempo pasa sin darte cuenta. Tiene que invitarte a quedarte. A seguir leyendo. A cerrar los ojos un rato.
¿Qué buscar?
¿Poco sitio? No pasa nada. Hay modelos compactos que cumplen igual de bien su misión. Al final, esta será la pieza más importante del conjunto. Así que escoge con la cabeza, pero también con el corazón.
Un rincón bonito está bien. Un rincón bien iluminado… es otra historia. Porque sin la luz adecuada, leer deja de ser un placer y se convierte en esfuerzo. Y no queremos eso.
Nuestra recomendación: combina luz natural durante el día con una iluminación cálida para las tardes. Y coloca todo de forma que te acompañe, no que te deslumbre.
Algunas claves:
Una buena luz transforma no solo el espacio, sino también cómo te sientes en él.
No te das cuenta de lo útil que es… hasta que te hace falta. Una taza de té, el móvil, ese libro que quieres dejar abierto por la página 37. ¿Dónde lo apoyas?
Ahí es donde entra la mesa auxiliar: discreta, funcional y, si eliges bien, también muy decorativa.
¿Qué tener en cuenta?
Parece un detalle menor, pero es de esas cosas que marcan la diferencia sin hacer ruido.
No hay rincón de lectura sin libros. Así de simple. Tenerlos cerca —al alcance del brazo o a unos pasos— cambia por completo la experiencia. Te conecta con el hábito, te invita a quedarte un poco más.
Aquí, menos es más… o no. Depende de tu espacio.
La idea es que te apetezca sentarte y seguir con ese capítulo pendiente sin tener que levantarte a buscarlo.
Lo que convierte una esquina de casa en un refugio emocional son los detalles. Los que no se notan de entrada, pero que lo cambian todo. Aquí entran los textiles, los aromas, los objetos que hablan de ti.
¿Algunas ideas?
Tu rincón no debería parecer de catálogo. Debería parecer tuyo.
Tener una zona de lectura perfecta no depende de tener metros de sobra, ni de gastar mucho. Depende de querer crearla. De prestarle atención a lo que necesitas para estar bien, para desconectar, para reconectar.
Una butaca cómoda. Una luz que acompañe. Una mesa donde apoyar lo esencial. Libros cerca. Textiles que abracen. No hace falta más. O, mejor dicho, hace falta que todo eso tenga sentido para ti.
Así que si llevas tiempo queriendo ese rincón que te invite a parar, leer y respirar… ¿por qué no empezar hoy?