Con la llegada del frío llegan también las necesidades de cambio en la decoración de nuestro hogar, para así darle un toque más cálido y acogedor. Las alfombras nos ayudan acrear mayor armonía y confort en el ambiente. Este equilibrio también debe conseguirse utilizando una adecuada combinación de materiales, colores y otros elementos decorativos del espacio.
Si dispone de un salón pequeño, lo mejor es la utilización de colores cálidos y claros, como el rojo, amarillo y los tonos anaranjados en sus versiones pastel, puesto que aumentan la sensación de de espacio. Si por el contrario, dispone de un gran salón es ideal la combinación con colores fríos, como el azul, el violeta y el verde, puesto que estos dan una mayor sensación de frescura.
Existen varias formas de alfombras, que debemos usar dependiendo de si nuestro salón es moderno o es clásico. Si la estancia tiene una decoración moderna, lo ideal son las formas redondas o asimétricas. Si la decoración es más bien clásica, entonces usaremos las formas cuadradas y rectangulares.
Las alfombras o tapices deben ser lo suficientemente grandes como para que abarquen una mesa centro y los sofás, o puedan colocarse debajo de la mesa del comedor ocupando el espacio en el que se colocan las sillas.
En cuanto a los acabados, las alfombras pueden fabricarse en varios tipos de fibras. Las más recomendadas son las de lana, que acumulan menos polvo; las de antron, que ofrecen gran resistencia; y las de polipropileno, que son muy sufridas a las manchas y fáciles de limpiar. Así mismo, a la hora de escoger el modelo debemos tener en cuenta el uso que le daremos, ya que a mayor uso, mayor grosor para que este material persista más.