La capacidad del mundo de la decoración para innovar, imaginar y redescubrir antiguos muebles no tiene límites. De ahí que en el mercado actual se puedan encontrar complementos con una imagen renovada y muy cuidada que no han perdido su funcionalidad. Las mecedoras son un vivo ejemplo de esa adaptación que experimentan algunas piezas decorativas sin perder su esencia.
Estas sillas tan especiales aun hoy continúan produciéndose y comercializándose, aunque con una línea de diseño mucho más cuidada y depurada. Los modelos más clásicos elaborados tradicionalmente con materiales como el mimbre o la madera han dado paso ahora a otros diseños más modernos, en los que se han introducido otro tipo de materiales como el plástico.
La función de la mecedora sigue siendo básicamente la misma, aunque desde hace algún tiempo ha adquirido un mayor protagonismo como elemento decorativo dentro de las estancias. Este mueble además de ser práctico, también permite aportar un toque de originalidad y dinamismo a la habitación en la que se emplaza.
Al ser un elemento poco habitual si se incorpora a cualquier estancia se logra un ambiente diferenciador y único. La elección del color también desempeña un papel fundamental en la decoración. Los colores llamativos como rojos, verdes o naranjas darán más vivacidad a la estancia mientras que los blancos, beiges o marrones aportarán mayor sobriedad.
Si se desea crear un ambiente de tonos unificados la mecedora deberá compartir la tonalidad cromática que predomine mayoritariamente en la estancia. Sin embargo, si se desea conseguir el efecto contrario se deberán introducir mecedoras con colores vivos que destaquen sobre el resto de tonos de la estancia y rompa esa tendencia cromática.