Como en otras épocas del año, en Navidad existen los colores “por excelencia” en la decoración de las casas y hogares. El color gris está de moda en los hogares más modernos y el verde siempre aporta un toque fresco y natural a las estancias. Dos colores, muchas sensaciones y cientos de posibilidades para decorar.

El Elegante Gris

El gris es el color de la neutralidad y de la estabilidad, simboliza el éxito e inspira la creatividad, por lo que es bastante utilizado en oficinas y despachos. Pero también, el color gris es ideal para darle un aire sofisticado a cualquier estancia de la casa, sobre todo combinándolo con muebles de colores fuertes. Esta combinación de colores tan actual se utiliza mucho en la decoración de “lofts” y casas modernas de estilo minimalista.

El exceso de color gris en el hogar puede provocar nerviosismo y aislamiento en personas introvertidas, por lo que es aconsejable utilizarlo en hogares de personas con personalidad fuerte y siempre en tonalidades claras, ya que los tonos oscuros de gris restan luminosidad a la estancia.

La Vitalidad del Verde

Por otro lado, el color verde aporta energía a las personas, lo que beneficia su estado de ánimo e invita a utilizarlo en casi cualquier estancia de la casa. Además, este color aporta frescura al hogar al ser el que representa a la naturaleza. El verde transmite seguridad y anima al crecimiento emocional, fomentando la actividad cerebral y calmando el estado de ánimo. Por eso, el color verde es recomendable en habitaciones de adolescentes que necesiten reafirmar su identidad o motivarse para superar un reto.

Una característica curiosa del color verde es que puede ser un color cálido o frío según el color con el que se combine. Es decir, el verde se convierte en un color frío si se pone al lado de un color cálido pero, en cambio, aporta sensación de calidez si se combina con un color frío.

Por todo ello, el uso del color gris y verde en la decoración de tu casa en Navidad puede ser la nota destacada de unas fiestas de Navidad entrañables.