Una de las últimas tendencias en decoración tiene sus orígenes en la época industrial, en la que las grandes fábricas se alzaban en los núcleos urbanos dando lugar a edificios o con grandes espacios en los que se colocaba toda la maquinaria necesaria para la producción. La fábrica se integraba en el paisaje urbano como un elemento más.
Estos espacios, ya abandonados, han quedado disponibles en las zonas residenciales de las grandes urbes a causa del crecimiento de las ciudades. Las industrias se han trasladado a núcleos más alejados, dejando a su paso edificios y maquinaria. Este abandono ha permitido los lugares que fueron fábricas se hayan reconvertido y ahora se utilicen para locales comerciales, de ocio, oficinas e incluso viviendas.
La principal característica de este tipo de construcción es que sus espacios son totalmente diáfanos, libres de paredes y pilares. Esto ha dado lugar al diseño de oficinas de grandes dimensiones en las que todo trabajador se encuentra en un único espacio abierto e interactivo, que permite la comunicación entre los diferentes puestos de trabajo y la libertad de movimientos. Por otra parte, cada vez es mayor la construcción de casas, pisos en naves o plantas industriales en las que los dueños tienen la facilidad de crear sus diferentes estancias del tamaño que ellos deseen o simplemente en espacios únicos loft.
El uso de detalles de origen industrial como vigas de madera o metal, tubos vistos y los techos de grandes dimensiones son una parte destacada del look industrial. También suelen disponer de grandes ventanales, perfectos para hacer de la luz natural un elemento importante en la estancia. Además las paredes, que usualmente son de piedra natural o ladrillo, suelen conservarse otorgando una imagen que recuerda a ciertas zonas tradicionalmente industriales del norte de Inglaterra, como Liverpool o Manchester.
Una nueva forma de aprovechar las antiguas construcciones y espacios deshabilitados ha dado lugar a este estilo tan apropiado para la vida actual: grandes espacios diáfanos en los que todo está en armonía y dispuesto para ser decorado. Las mejores elecciones para este estilo es el mueble de línea recta y sencilla, principalmente con acabados metálicos que hacen juego con los respiraderos y tubos que en la mayoría de casos se encuentran al descubierto y contrastan con el color rojizo de las paredes de ladrillo visto.
Al decorar locales, oficinas o viviendas con un look industrial y que tienen de base antiguas factorías; conviene evitar el recargamiento, el exceso de color y los tejidos muy pesados, puesto que romperían con el estilo. Estores o marquesinas no muy pesadas, sillas y mesas en acero o cristal, blancos y negros, serán las principales claves para hacer de una antigua industria un nuevo negocio o un hogar.