El estilo nórdico o escandinavo, es una clase de decoración que se utiliza en muchos hogares, pero la concepción que se tiene de este estilo, puede no ser la que realmente conoces o intuyes por su nombre.

Debido a su nombre, se tiende a pensar que el estilo nórdico o escandinavo es frío, moderno y minimalista, pero este pensamiento se aleja mucho de lo que el estilo pretende conseguir, que busca la calidez, los colores blancos, la personalidad y su principal seña de identidad, que es la imposición de la luz sobre toda la decoración.

El pilar básico del estilo nórdico es la luz, y cuanta más mejor. No importa si es luz artificial o natural, lo importante es que la casa se inunde de ella. Evitar cortinas de colores fuertes y conseguir que la luz exterior forme parte de nuestra casa durante la mañana. Por la noche, lo más importante es utilizar diferentes puntos de luz, ya sea con lámparas de todo tipo o incluso fuentes de luz natural como velas para aportar calidez.

Otro de los elementos más característicos del estilo escandinavo es la utilización de muebles y decoración poco cargada y sobre todo práctica. Las líneas rectas y los muebles de aspecto ligero ayudarán a conseguir el efecto que buscamos, muebles funcionales y prácticos que además darán un aspecto más diáfano a las diferentes partes de nuestro hogar.

La madera es otra de las señas de identidad de este estilo, sobre todo las tonalidades más claras para favorecer la luminosidad. Actualmente se utiliza la combinación de diferentes materiales  con la madera para conseguir implantar el estilo nórdico en nuestras casas sin abusar de la madera. Para romper la monotonía en los muebles se utiliza madera y metal, mármol o incluso madera y fibras naturales para algunos de los complementos como las cortinas.

La limpieza visual es algo que suele venir ligado al estilo nórdico, y la mejor manera de conseguirlo sin duda es la utilización del color blanco en todos los muebles y elementos decorativos donde sea posible, y una vez más dicho color añadirá un plus a la luminosidad del hogar.  Aunque debe predominar el blanco no quiere decir que no podamos utilizar más colores, añadir el color negro o tonos de grises también es habitual en las casas que siguen un estilo de decoración escandinavo, incluso se puede utilizar en algún momento detalles en colores vivos para romper la monotonía y aportar un estilo personal a la decoración.

En los países nórdicos se suele buscar la practicidad en todos los aspectos, y por ello suelen utilizarse muebles modulares que sean capaces de renovar nuestro hogar sin realizar un gran esfuerzo. Para aumentar la calidez en los meses donde la luz natural no abunda siempre podemos utilizar velas, no necesariamente de luz blanca, sino que pueden ser de diferentes colores. En los meses de verano también se incorporan plantas a la decoración de estilo nórdico, para conseguir introducir la naturaleza en nuestro hogar y darle un toque más cálido y acogedor.

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