La llegada del verano trae consigo el auge de las temperaturas. El ambiente cambia y la decoración también. Los escenarios cargados decorativamente dejan paso a espacios más limpios, sencillos y despejados. Los colores blancos y azules combinan a la perfección en este tipo de decoración, y trasladan en las estancias la luz del verano y el azul asociado al mar y al cielo tan característico de esta época.
Un salón con muebles blancos permitirá atraer y retener de mejor forma la luz. Así se consigue un contexto más cálido que invita a descansar y realizar actividades en esta parte del hogar hasta apurar las horas de luz del día. Para evitar la sobrecarga en el uso de un solo color, que en este caso sería el blanco, se pueden incorporar elementos en azul de distintas tonalidades que aporten alegría y vivacidad a la decoración.
El azul no solo puede estar presente en los complementos. Ahora también existen muchos modelos de muebles que utilizan esta tonalidad en sus composiciones. De ahí, que adquirir un mueble blanco con alguno de los elementos en azul u otro color sea una opción adecuada y fácil de utilizar para imprimir personalidad al hogar durante la etapa estival.